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Todo inicia con la imagen de un granjero pacífico vendiendo uno de los mejores alimentos naturales, leche fresca sin pasteurizar.

Clientes ansiosos, venían desde lejos, inclusive de otros estados, para acceder y saborear este nutritivo producto. ¿Quién podría oponerse a tan armónico comercio en el Rainbow Acres Farm? Los funcionarios de gobierno y sus secuaces, ellos pueden.

Un granjero de Pennsylvania ha sido objeto de una operación encubierta durante un año, que incluyó compras simuladas y una inspección sorpresa a las 5 de la mañana. En febrero un juez federal impuso una pena de prohibición permanente de venta de leche sin pasteurizar en todo elpaís. Debido a la tención de la confrontación, él ha decido dejar todo por completo.

¿Podría ser esto peor? En realidad, Carolina del Norte cuenta con una ley mucho más draconiana, la cual fue discutida como tema del Comité de Audiencias la semana pasada. En este estado, la leche sin pasteurizar no puede ser vendida para consumo humano; de hecho, a las personas ni siquiera les es permitido ser copropietarios de una vaca para acceder a ella.

Para defender esta violación a la libertad de elección, los proponentes alegan estar protegiendo a los otros de los supuestos peligros de la leche sin pasteurizar. Pero este alegato es irrisorio, ya que evidencia de lo contrario ha existido desde hace décadas atrás.

Lo cierto es que un gran número de países desarrollados permiten la venta libre de leche “cruda”: Alemania, Holanda, Bélgica, Francia, Dinamarca, Suecia, Polonia, Italia. Algunos de estos países son difícilmente conocidos por su respeto a la libertad, y a pesar de ello las personas que viven ahí son más libres que en Carolina del Norte.

Aún en Gran Bretaña, la nación contra la que los estadounidenses lucharon por la independencia, es legal la venta al por menor de leche sin pasteurizar. La oferta de esta leche se ha extendido tanto en Europa –como parte cotidiana en las vidas- que  muchas naciones cuentan con maquinas con leche sin pasteurizar en los supermercados, centros comerciales y tiendas del barrio.

De regreso a los Estados Unidos, un reporte federal reciente del Centro de Control de Enfermedades indicó que no encontraron una sola muerte causada por esta leche dentro de los 14 años de investigación; sin embargo, sólo en el año 2007, tres personas murieron por el consumo de leche pasteurizada.

A pesar de la disponibilidad legal de la leche, hay ventas al por menor en nueve estados, incluyendo Carolina del Sur, y que más de 9 millones de estadounidenses la consumen. El CDC (por sus siglas en inglés) reconoció que la pasteurización mata a nutrientes beneficiosos de la leche, y se encontró que la prohibición estatal de la leche sin pasteurizar no dio estadísticas significantes de ventajas en términos de enfermedades transmitidas por alimentos.

Esto se debe a que la leche sin pasteurizar es un producto seguro, y la Asamblea General de la División de Investigación de Carolina del Norte ha notado que ambas leches, pasteurizadas y no pasteurizadas, sólo representan el 1% de las enfermedades transmitidas por los alimentos.

En este punto, los promotores del miedo que continúan“llamando a la policía” para que castiguen a expendedores y consumidores de leche sin pasteurizar, son una vergüenza, y continúan desperdiciando recursos que podrían ser usados para combatir verdaderos crímenes. Su desprecio por la libertad de otros para comprar un producto seguro es tan evidente que muestra incluso segundas intenciones.

La realidad es que estos lobbies, particularmente benefician a los agricultores que procesan y a los intermediarios por el estatus quo que se les da con la criminalización de sus competidores. Ellos no quieren ver a personas comprando a la granja o el granjero vendiendo la leche directamente a la tienda, pese a que permitiría una calidad más fresca y mejor del producto, y estrecharía relaciones con productores de leche. Los granjeros podrían además tener un mejor nivel de vida, ya que la leche sin pasteurizar es aproximadamente cuatro veces más cara.

Hasta que más personas ya sean conscientes de esta injusticia, ambos el mercado negro y la desobediencia civil abierta aumentarán, como ya está ocurriendo. Motivados por un deseo de una mejor salud, con libertad, sus actividades son nobles y merecen un reconocimiento al mérito de su trabajo, junto con la derogación rápida de las prohibiciones.

Fergus Hodgson es el director de la unidad del estudio de política fiscal en John Locke Foundation, asesor de política en The Future of Freedom Foundation y presentador del programa The Stateless Man en Overseas Radio Network. Traducido por Alexandra Veloz Velástegui.